El lado oculto de las plantas medicinales – La Mejor Arizona
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Si bien, los remedios naturales han sido una alternativa medicinal desde siempre, esta opción —en apariencia benéfica— trae consigo diferentes consecuencias que muchas veces pasan desapercibidas ante el consumidor. Las plantas medicinales, usualmente, son empleadas por quienes no quieren recurrir a la ingesta de fármacos para remediar algún padecimiento, aunque también suelen ser elegidas por personas que buscan recuperar con mayor rapidez su salud, a la par que siguen algún otro tratamiento. Este tipo de terapias han permanecido a lo largo de los años pues, desde el desarrollo de la medicina actual, muchas hierbas sentaron las bases de los medicamentos que se conocen y emplean hoy en día.

Se debe tener en cuenta que, tanto la medicina tradicional como la natural se concentran en los malestares antes que preocuparse por los causantes del padecimiento, y aunque no se puede negar la influencia que estas alternativas naturales tienen en el cuerpo, —como ya se ha señalado en diferentes ocasiones— no deben ser vistas como la solución definitiva a ningún padecimiento. En Ezequiel Montaño Academia de Naturismo Integral (EMANI), se reitera que, si bien las plantas medicinales pueden resultar útiles para el tratamiento de algunos malestares provocados por la diabetes, estas no son ni serán la solución a este problema de salud. Dentro del Naturismo Integral, específicamente dentro de la Naturaleza que nos rodea, existe la disciplina número 7, la Fitoterapia, por medio de la que se enseña cuál es el uso correcto de diversas plantas medicinales, precisamente para no cometer errores respecto a su consumo y evitar que se tenga la falsa esperanza de que por sí solas, pueden revertir la diabetes.

Las plantas medicinales son útiles para el tratamiento de la sintomatología de una amplia lista de padecimientos, por lo que solamente representan un apoyo, pues su acción en el organismo no trasciende a más que aplacar ciertas dolencias, nunca a atacar el problema de raíz. Lo que realmente ataca el origen un padecimiento como la diabetes, es la educación, la información acerca del problema, que lleva, a su vez, a entender que lo que hay que hacer es eliminar todos los hábitos malsanos que se han tenido a lo largo la vida y adquirir nuevos hábitos saludables. Así pues, la solución al problema de salud se logra por medio de la educación, sin necesidad de consumir fármacos o productos “milagrosos”.

A pesar de tener un poder limitado, muchas personas siguen optando por los remedios naturales como los únicos agentes que intervienen en la recuperación de su salud. Tan solo en Estados Unidos, el 30% del total de habitantes los utilizan y consumen y, según un estudio realizado en México, el 92% de los diabéticos se trata con plantas medicinales y medicamentos a la par. Gran parte de esta elección proviene de la idea extendida de que aquello que es natural promete ser mejor en comparación con cualquier compuesto producido por el hombre. Ante este pensamiento, las plantas medicinales se mantienen como la primera elección de salud, incluso sobre la idea de cambiar los hábitos malsanos que se normalizan, situación que desencadena más problemas de los que pudiera solucionar.

A pesar de que es verdad que ningún tratamiento causa tantos efectos secundarios como la medicina tradicional, también es cierto que múltiples elementos de la naturaleza contienen sustancias que para el ser humano son dañinas, circunstancia que no excluye a las plantas medicinales. Se tiene la percepción equivocada de que los elementos del entorno son seguros para el cuerpo, cuando en realidad muchos albergan en su interior concentraciones de elementos letales como arsénico, mercurio o plomo. Aunque muchas de estas terapias alternativas se han mejorado a lo largo de los años, lo recomendable es conocer la preparación y usos adecuados y no arriesgarse a que en el cuerpo se produzcan reacciones indeseadas. La metodología debe incluir acciones que aseguren la desintoxicación de las hierbas que lo requieran, de manera que se vuelvan seguras para el ser humano, además de consumir solo la dosis recomendada, no más.

Crean dependencia y una búsqueda interminable

Los remedios naturales, como ya se ha señalado, sí auxilian al control de los malestares y muchos tienen una gran cantidad de beneficios, por lo que, incluso, se recomiendan incluir en la dieta diaria, aunque no se sufra de algún padecimiento. No obstante, quienes los utilicen como tratamiento ante situaciones de salud distintas deben tener presentes las siguientes consideraciones:

  • Un alto consumo no asegura un alivio definitivo. Quien abuse de la ingesta de plantas medicinales corre el riesgo de agravar sus afecciones en respuesta a las altas concentraciones de los componentes de la planta en el organismo, así como la posibilidad de desencadenar nuevos malestares que deteriorarán aún más la salud.

  • Tienen efectos benéficos a corto plazo. Debido a que no atacan la raíz del problema, sino los síntomas, sus efectos desaparecen la dolencia al momento, lo que implica que, conforme pase el tiempo, se requerirá nuevamente de la planta para aplacar el malestar, mismo que se seguirá presentando. Incluso, después de un tiempo de consumirla constantemente, la planta medicinal tiende a dejar de tener resultados positivos respecto a la mejora del malestar, por lo que muchos de los diabéticos, cuando ya no tienen esos efectos, detienen su consumo, pero comienzan a ingerir otra, es decir, solo cambian de planta medicinal. El problema es que esto lo único que hace es que se pase gran parte de la vida brincando de un remedio a otro, pero el padecimiento seguirá igual o incluso empeorará, pues lo único que puede revertir la diabetes es un cambio de estilo de vida por completo.

  • Una planta no será suficiente. Muy probablemente, quien intente encontrar en los remedios naturales la solución a su padecimiento, necesitará de más de una hoja o hierba de diferentes ejemplares para poder abarcar todas las molestias que algunas afecciones complejas presentan, derivando en una mezcla y cantidad que, a la larga, puede no solamente repercutir en el cuerpo de la persona, sino también en su economía.

  • No forman parte de ningún seguro. Dado que su consumo es responsabilidad individual, así también lo es su costo. Como no existe ninguna regulación para el precio en el mercado, hay remedios naturales realmente caros que puede sobrepasar el presupuesto de cualquier persona.

  • Ningún remedio natural sustituye la responsabilidad de cambiar los hábitos de vida. Por más que una infusión ayude a calmar un dolor de estómago, por ejemplo, lo mejor es analizar lo que se come y causa daño al interior, de manera que se pueda, poco a poco, modificar la dieta y hacer a un lado los alimentos que ocasionan problemas al organismo. El mismo análisis debe realizarse respecto al resto de las costumbres que se tienen con el objetivo de eliminar aquellas que perjudican al cuerpo, y ahorrarse el tener que recurrir después a un remedio natural para calmar un dolor.

Recomendaciones ante el comercio y la compra

En lo que respecta a las plantas medicinales, lo ideal es obtenerlas directamente del entorno en el que crecen; es decir, cortar del árbol la hoja de guayaba para preparar una infusión, por ejemplo. Sin embargo, no siempre se tiene esa posibilidad, y ante la escasez de árboles frutales o huertos que estén a la mano de los consumidores, acudir a diferentes comercios representa la solución pues la extensión de los mercados ha derivado en una inclusión de un sinfín de productos nuevos, lo que incluye a las plantas medicinales.

Los remedios naturales no han pasado inadvertidos ante quienes están al acecho de nuevas formas de generar ganancias, por lo que en la actualidad existe un amplio número de marcas que prometen al cliente la planta o hierba que busca, en la presentación que le parezca más adecuada para su ingesta. Los productos naturales no suelen estar regulados, por lo que las presentaciones que se encuentran a la venta no siempre contienen lo que aseguran ni producen el efecto que afirman; incluso, algunos pueden tener como parte de sus ingredientes fármacos ocultos. Lo anterior se debe a que el comercio de remedios naturales no tiene los mismos controles de calidad que la mayoría de los productos. Al haber una menor supervisión, también hay un alto riesgo de que no se siga un reglamento sanitario para resguardo o empaquetado. Las comercializadoras de remedios naturales no están obligadas a presentar un sello de calidad, y su etiquetado tampoco tiene restricciones, por lo que es común encontrar algunos que muestren la leyenda “remedio milagroso”, con el fin de engañar a los consumidores.

A pesar de que los tratamientos con remedios naturales sean menos invasivos que los que propone la medicina tradicional, no están exentos de provocar daños en quienes los emplean. Las desventajas que se exponen en el presente artículo tienen la finalidad de promover su uso adecuado, regulado y consciente. La trascendencia de las plantas medicinales en el conocimiento popular tiene su origen en los beneficios que poseen; sin embargo, ninguna terapia es más eficaz que entender que las causas de los padecimientos que afectan a una persona son consecuencia de las elecciones diarias: lo que se elige comer, pensar o hacer. El remedio infalible ante una afección como la diabetes es cambiar los hábitos de vida en torno a las 35 disciplinas que constituyen el Naturismo Integral.