Como se dijo anteriormente, el suelo es la base sobre la cual se lleva a cabo el primer intercambio de la red alimenticia responsable del resto de interacciones entre los organismos vivos. Este proporciona nutrientes, agua y minerales para las plantas y los árboles; además, almacena carbono y nitrógeno, y es el hogar de millones de insectos y microorganismos claves para el desarrollo de la vida. Sin embargo, tal como lo menciona la FAO, la cantidad de suelo fértil alrededor del mundo ha disminuido a niveles verdaderamente alarmantes y, desde el punto de vista de organizaciones como esta, se ha puesto en peligro incluso la capacidad de alimentar a la población mundial en un futuro en el que, de acuerdo con las previsiones, sean 9 mil millones los habitantes del planeta tierra para el año 2050.
Por todo esto es que se ha llamado a distintos mandatarios a buscar regulaciones en las condiciones bajo las cuales la agricultura convencional y la agricultura transgénica llevan a cabo sus cultivos. Y es que se calcula que buena parte del daño a la fertilidad de la tierra tiene que ver con la sobreexplotación y las prácticas poco éticas de estas 2 industrias que controlan prácticamente el 90% de la agricultura. Se destacan, por supuesto, el empleo de químicos y fertilizantes altamente tóxicos para el microbioma del suelo, y la práctica del monocultivo que termina extrayendo los nutrientes superficiales del suelo, entre muchas otras.
Pero ¿es todo esto algo que deba importarle al diabético?, ¿no es acaso un tema que se escapa por completo de sus manos? No hay que olvidar que desde el Naturismo Integral se persigue la búsqueda de una vida sana como el resultado de una armonización de las 4 Naturalezas que componen la existencia del ser humano y, en tanto que esta incluye la Naturaleza que nos rodea, es fundamental entender que el bienestar del ser humano depende de una relación armónica con su entorno, pues es la Madre Naturaleza la que le provee de los recursos y las herramientas para vivir en salud.
Es ilógico pensar que puede existir una sociedad que abuse de la naturaleza sin tener consecuencias graves para la salud y el bienestar del ser humano. Por ello, no es de extrañar que en la medida en que se daña al ecosistema, miles de millones de personas alrededor del mundo vean afectada su salud como consecuencia. Ahora, solo hay que pensar en que, si esto ocurre con un ciudadano “sano”, ya se podrá imaginar cómo se ve afectado quien ya tiene algún padecimiento, como la diabetes. He ahí la importancia de que el diabético consciente también se interese por la preservación y el cuidado de su entorno, y esto solo se consigue por medio de un aumento en su nivel de consciencia, algo que trae la educación y que la Ezequiel Montaño Academia de Naturismo Integral (EMANI) también busca fomentar. Por esto, en EMANI siempre se recomienda el consumo de alimentos orgánicos, pues estos no solo son más ricos, saludables y nutritivos, sino que, como se ha visto a lo largo de este artículo, y otros más en diversas ediciones de esta revista, este tipo de alimentos también cuidan al ecosistema.